Parroquia de San Lázaro

Miércoles de ceniza 2024

Miércoles de Ceniza, así comienza la Cuaresma

miércoles de ceniza

El Miércoles de Ceniza marca el origen de la Cuaresma, que a su vez, comprende los 40 días anteriores al Jueves Santo, Día de la Santa Cena, en la que se conmemora la última comida que compartió Jesús con sus apóstoles, antes de ser crucificado. Este año, el Miércoles de Ceniza será el 14 de febrero.

El Miércoles de Ceniza marca el inicio de los 40 días en los que la Iglesia llama a los fieles a la conversión y a prepararse verdaderamente para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, en la Semana Santa.

Es una celebración contenida en el Misal Romano, el cual explica que en la Misa se bendice e impone en la frente de los fieles la ceniza hecha de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior.

La tradición de imponer la ceniza se remonta a la Iglesia primitiva. En aquel entonces, las personas se colocaban la ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un «hábito penitencial» para recibir, el Jueves Santo, el Sacramento de la Reconciliación.

La ceniza es un símbolo. Su función está descrita en el artículo 125 del Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, documento publicado por el Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

miércoles de ceniza

La palabra ceniza, que proviene del latín cinis, representa el producto de la combustión de algo por el fuego. Esta adoptó tempranamente un sentido simbólico de muerte, caducidad, pero también de humildad y penitencia.

La ceniza, como signo de humildad, le recuerda al cristiano su origen y su fin: «Dios formó al hombre con polvo de la tierra» (Gn 2,7); «hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho» (Gn 3,19).

Para la ceremonia se deben quemar los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Estas son rociadas con agua bendita y luego aromatizadas con incienso.

Puede recibir este sacramental cualquier persona, inclusive no católica. Como especifica el Catecismo (1670 y siguientes) los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo como sí lo hacen los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia estos “preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella”.

 

Fuente: Aciprensa